Decenas de miles de argentinos de distintas ciudades, salieron a las calles a marchar, este lunes, para mostrar su inconformismo con algunas políticas del gobierno de Alberto Fernández y para manifestar el agotamiento ante la cuarentena que ya llega a su sexto mes.

La protesta tuvo como líder visible al actor Luis Brandoni, quien hizo una extensiva convocatoria a través de las redes sociales.  Las dos más grandes razones de la marcha, fueron el rechazo a la reforma judicial que la califican como una maniobra para salvaguardar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en sus juicios por corrupción y exigir un cambio a las medidas de aislamiento actuales para contrarrestar la pandemia del coronavirus.

Buenos Aires fue la ciudad que logró convocar a un mayor número de manifestantes

Durante la tarde del lunes, miles de vehículos bloquearon la avenida 9 de Julio de la capital argentina, haciendo sonar sus bocinas y enarbolando banderas de la nación, mientras nutridos grupos de peatones coreaban consignas a favor de la libertad y contra la corrupción. Los participantes eran de forma casi unánime votantes de Mauricio Macri en las últimas elecciones y de esencia antiperonista, pero muy pocos dirigentes de la oposición política se sumaron a la protesta. La presencia más notable, con Macri de vacaciones en Francia, fue la de Patricia Bullrich, presidenta de Propuesta Republicana. Horacio Rodríguez Larreta, el opositor con más poder por su cargo como jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, no acudió y se limitó a rogar a los manifestantes que mantuvieran las medidas de precaución contra la pandemia. 

En términos generales, la protesta se realizó de manera pacífica y contó con más protección sanitaria por parte de sus participantes, en comparación con la anterior marcha del 9 de julio en Buenos Aires, a excepción de contados casos que esta vez tampoco portaron su mascarilla.  Sin embargo, el distanciamiento social recomendado no se pudo poner en práctica, debido a la afluencia de manifestantes.

La anterior protesta, la del 9 de julio, causó un repunte apreciable en los contagios. El Gobierno utilizó ese antecedente para tratar de enfriar la convocatoria. El ministro de Salud, Ginés González García, afirmó que era “absolutamente innecesario en un momento de riesgo exponer a la gente por una idea política”. “Que cada uno cargue con la responsabilidad que le quepa por convocar este tipo de cosas”, dijo el presidente, Alberto Fernández. También el vicejefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Diego Santilli, opositor, opuso reparos a las concentraciones: “No creo que sea conveniente la marcha”, comentó.

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