El primer ministro Mario Draghi despidió este lunes al comisionado especial COVID-19 de Italia, Domenico Arcuri, y lo reemplazó con un experto en logística del ejército, en una señal de que el gobierno quería acelerar las vacunas.

La medida siguió a las crecientes quejas sobre el manejo de la crisis por parte de Arcuri y la preocupación de que la campaña de vacunas contra COVID estuviera avanzando muy lentamente.

Es una de las primeras decisiones importantes de Draghi desde que se convirtió en primer ministro el mes pasado y sigue a su despido la semana pasada del jefe de la agencia de protección civil. Ese paso también fue visto como un intento de mejorar la respuesta de Italia a la crisis de COVID.

El nuevo comisionado del coronavirus fue nombrado como el general Francesco Paolo Figliuolo, excomandante de las fuerzas de la OTAN en Kosovo y jefe de logística del ejército desde 2018.

Draghi dijo al parlamento el mes pasado que quería involucrar a los militares en el plan nacional de implementación de vacunas.

Italia lanzó su campaña de inoculación a finales de diciembre y hasta ahora ha administrado 4,3 millones vacunas, incluidas segundas dosis.

En total, ha recibido 6,3 millones de dosis de vacunas de los fabricantes, pero los retrasos en el suministro, que también han afectado a otros estados de la Unión Europea, han obstaculizado los esfuerzos.

El país recibirá millones de dosis más este mes, pero los críticos han dicho que no existe un plan coherente para permitir el tipo de programas de vacunación masiva que instigaron Gran Bretaña e Israel.

Draghi dijo el mes pasado que había un caso creciente para que Italia siguiera el ejemplo británico de dar prioridad a dar las primeras dosis a la mayor cantidad de personas posible.

En la actualidad, muchos países de la UE, incluida Italia, están siguiendo las recomendaciones de los fabricantes de medicamentos de administrar a las personas dos vacunas por separado y, como resultado, están reteniendo las dosis.

 

REUTERS